lunes, 8 de febrero de 2016

Practica: Comentario de mapa de Centrales Hidroeléctricas de España.

Comentario del mapa donde se localizan las principales cen­trales hidroeléctricas de España.
El mapa muestra la distribución de las principales centrales hidroeléctricas de España. Estas utilizan el agua embalsada en presas y lagos, que se hace saltar por tuberías y mueve turbinas conectadas a un generador que transforma la fuerza mecánica en electricidad.
La localización de las centrales hidroeléctricas se concentra, por tanto, en las zonas que reúnen precipitaciones abundantes y regulares, que alimentan ríos o lagos susceptibles de embalsar el agua; y una topografía abrupta o con desniveles del terreno que facilitan el salto del agua con la suficiente altura y energía. Estas zonas, como se aprecia en el mapa, son fundamentalmente tres: las cuencas de los ríos del ángulo noroeste peninsular, las cuencas de los ríos Duero y Tajo y las cuencas de los ríos pirenaicos.
El ángulo noroeste peninsular incluye las cuencas de los ríos de la vertiente cantábrica correspondientes a este tramo y las cuencas de los ríos de la vertiente atlántica norte. Esta zona posee un clima oceánico, con precipitaciones abun­dantes, por lo que los ríos son caudalosos y regulares. Además, salvan fuertes desniveles debido a la proximidad de las montañas en que nacen y su desembo­cadura en el mar.
Los ríos Duero y Tajo son caudalosos por los aportes de los afluentes que reciben, nacidos en los sistemas montañosos que bordean sus cuencas. Las cen­trales hidroeléctricas se concentran en el tramo final, cerca de la frontera por­tuguesa, aprovechando el desnivel topográfico existente en esta zona entre las depresiones terciarias y la penillanura paleozoica.
Los ríos pirenaicos, especialmente los afluentes del Ebro, reciben la precipi­tación en forma de lluvia y de nieve de los Pirineos y salvan fuertes desniveles topográficos ente la cordillera y su desembocadura en el Ebro o en el mar Mediterráneo. Por eso se construyeron en ellos centrales hidroeléctricas desde principios del siglo XX para abastecer de energía a la industria catalana.
Otras centrales se reparten más aleatoriamente por las montañas del interior peninsular, aprovechando los puntos que reúnen agua y un desnivel suficiente ligado a la existencia de relieves montañosos.
La práctica inexistencia de centrales hidroeléctricas destacadas en la mitad oriental peninsular, excepto las pirenaicas, se explica por la escasez de precipitaciones y la fuerte evaporación. Y en el caso de las islas Baleares y Canarias también por la ausencia de ríos.

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